El 2 de noviembre en México suele estar acompañado con el color naranja de la flor de cempazúchil y las ofrendas, y el coronavirus NO tiene porque cambiar esto.
Es cierto, el Día de Muertos en nuestro país es una celebración nacional que está llena de color y tradición y refleja un fuerte arraigo de sus habitantes y significa un gran atractivo para los turistas, y este año será muy distinto. Aquí dos razones:
Primero, porque las restricciones impuestas para detener la propagación del coronavirus mantendrán a las personas en sus casas, lo que impedirá que los eventos culturales más importantes que tradicionalmente se llevan a cabo a lo largo y ancho del territorio mexicano, no se realicen.
Y segundo, porque la tradición en muchos lugares, de pasar la noche en el cementerio con los seres queridos fallecidos y decorar sus tumbas con comida y flores, además de ambientar el escenario fúnebre con música, todo digno de una verdadera fiesta, no podrá ser debido a que muchos cementerios permanecerán cerrados.
Pero, (por fortuna siempre hay un 'pero' también pare estos asuntos) lo que esta pandemia no podrá impedir, será que este 1 y 2 de noviembre, la tradición que consiste en colocar una ofrenda, o altar, con fotos de familiares y/o seres queridos que hayan fallecido, con elementos como la flor de cempazúchitl, el papel picado, el incienso y la comida del agrado de los homenajeados, así como las calaveritas de azúcar con los nombres de los vivos, se siga realizando.
Es decir, no existe pandemia que pueda impedir que celebremos el Día de Muertos en nuestros hogares. ¡Animo!
Nuestras tradiciones deben seguir vivas, más vivas que nunca. Tenemos muchas razones para apoyar lo mexicano, a los productores locales, a los floricultores; para comprar en tiendas en linea de México; para ayudar a los panaderos locales, encargar pan de muerto a domicilio; comprar en la papelería de la colonia; y ayudar a que sea más llevaderos los estragos económicos que ocasiona la pandemia.
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